La Ciudad de México es una de las ciudades más cosmopolitas del mundo. Prácticamente cualquier cosa que busquemos, la podemos encontrar en alguno de sus rincones. Es impresionante entender que en un espacio geográfico de tal dimensión, quepan casi 9 millones de personas, y aún así, se hayan encontrado las precisas maneras de las cuales podrían caber en un orden un tanto folklórico. Por ejemplo, el segundo piso del periférico, que a pesar de ser una estructura con tales dimensiones, y tan aparentemente futurista, sus alrededores permanecen adornados por todo tipo de anuncios, como el resto de la ciudad. Existen muchas cosas que los mexicanos vemos como cotidianas, pero realmente no lo son, como el transporte público con luces de colores, calcomanías gráficas y rines de metal con picos, son aunque no lo parezca y pueda ser molesto, parte del folklor de la CDMX. Ni siquiera en las ciudades con más avances tecnológicos existe un auto-lavado express y con trato personalizado en cada semáforo, ni mini tiendas ambulantes dirigidas por su propio jefe. Incluso las marchas que bloquean el Ángel de la Independencia o el centro de la ciudad una vez a la semana son una parte de lo que representa vivir en la capital del país. Y así es, México es un país como ningún otro, en el que podemos encontrar desde los lujos mas elegantes y sofisticados hasta los placeres más sencillos que la ciudad tiene por ofrecer.
